Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, (Efesios 5:14-18)
Muchos entre nosotros no hacemos resplandecer nuestras luces, tal como los cristianos deberían hacerlo. A veces pareciera que dormimos. Tenemos abundantes recursos y oportunidades de llevar el mensaje del evangelio al mundo, y a servirle a la gente en el nombre de Jesús; sin embargo, pareciera que andamos dormidos. Pareciera que no tenemos rumbo.